La XI

Tengo el corazón partido en tres,
surcos lo atraviesan de extremo a extremo
como orillas que a un mar imponen.
Marinero que un día fui
en el mar de mi corazón
que por no saber navegar
con mis dos orillas di.
Ahora que aprendí a navegar,
olvidar las penas ya puedo
por que borrar las heridas quiero
y aunque llorar las tristezas deseo
para poderlas acallar
en mi olvido yo las echo.
Byrom Ross.

La X

" No vienes a mi por que me amas,
sino por que yo también te amaba. "

Te mantengo en mente, melodía,
que como poder penetrante
con furia y en vigilancia
rompes todo en mis adentro
uniendo tu savia a mi sangre.
Dulce y lenta melodía
que fluye de dentro a fuera,
quien tratar de librarme pudiera
sin par y al unisono arrancaría,
por dentro, mi amor
por fuera, toda mi alegría.
Byrom Ross.

La creación equivocada.

No te puedo acusar de nada, por que de nada fuiste presa, y aunque en mi mente voltees y mi sangre concluyas, a mejorar ansias mi estatua que, esbelta y tallada en nada, asemeja una pobreza cuidada. Cada vez que me miras con golpes riges mi vida, redondeando mis manos, creando mis ojos, formando mi piel y sobre mi pecho dibujas un corazón, al que pronto das forma, lo limas, lo pules, y en poco aquella mirada ya tiene vida. Al tiempo de fijar sobre ti mis ojos, pudiendo ver todo cuanto no vi, salir de mis adentros quisiera para con tu martillo golpearme, ..... y en mi impotencia, mis ojos te suplican que me arranques ese corazón o me destruyas.Byrom Ross

El amor que no existió

Es mi enfado un pecado, es tu error una virtud, que la vida a mi ha dado enamorarme de una virtud para poderla amar en pecado. No existe dolor inmenso sino inmenso amor, es amor continuación de dolor y es dolor el fin de un amor. Que gran juego es la vida de dos cartas nada mas, que la una es amor y la otra ...... la otra a mi me toco. Te pido mi vida que amor nunca te falte, por que a mi un día quitastes y desde entonces mi alma contra amargo dolor combate. Byrom Ross.

Un grito al infinito

Por que me miráis de esa forma, que os he echo para que me deis la espalda, sabéis que no os quise hacer daño, todo ha sido tan rápido e inesperado que casi no me dio tiempo a pensarlo, todo ha pasado en segundos y, entonces, os pregunto ¿que son unos segundos comparado con la grandeza del Universo?. No, no me respondéis, solo me miráis y veo rostros inolvidables, rostros que parecen quemar con la mirada. Para voy a llorar si estoy sintiendo que la vida se me escapa por entre los dedos, para que voy a gritar si un llanto vuestro apagaría todo mi cólera, y todo para que. No sabéis el porque de mi manera de actuar , ni hasta que punto fue necesario, solo sabéis que estáis ahí, mirándome como si fuerais rocas, pero todo ello no os puede servir, ahora no, por que ya no queda nada de mí. Byrom Ross.

El principio de nuestro final.

Me diste vida y te amaba, me enseñaste a vivir y yo a la vida jugaba, mas tarde llego la hora para salir de mi vida y poder entrar en la tuya. Mis gustos eran tuyos, mis ideas asemejarlas querías que aunque nunca fueron tuyas, tu marca siempre llevaba. Pero el fruto en su rama poco a poco se seca, si antes madurarlo deseas, por que no madura el tiempo antes que la espera. Habré de secarme contigo, por que fruto de tu árbol soy, y cuando reseco vaya cayendo, el morir no habrá de importarme, por que aunque grande fue mi árbol, su savia nunca pude tragarme. Byrom Ross.

Mi vida entristecida.

A un mismo lugar, y con el tiempo a la espera, pienso en mi vida ... ¿porque se aleja?, que asido con fuerza a nuestra musculatura, por entre ella dejáis al paso de ver lo que en otro estado fui ayer, el mas feliz y dichoso de todos. Te veo pasar, Sol, día tras día, y a tu fondo clama una alegría en repliques de campanas que, a mal entonadas, parecen llamarme y profunda en mi pecho la amargura, a mis ojos rompe una lágrima que en contestarlas se apresura. Maldigo cien veces la suerte de quien me encerrara entre paredes, robándole a destajo la libertad, y así ser contenido en mi propio continente. Byrom Ross.

La abstracción del pensamiento.

Debes comprender cada situación en la que de alguna manera te ves compremetido a realizar. Debes comprender mi punto de vista, muy diferente al tuyo, que intenta expresar en cada momento ideas que saltan a mi mente y desean ser movidas por el viento, suave viento que a veces las lleva a lugares donde nunca podrán ser oídas. Si quieres oírme habrás de subir muy alto, tan alto como las estrellas , desde donde puedes percibir una suave melodía que solo es oída por corazones abiertos. Si quieres seguirme deberás cruzar los océanos galácticos desde donde yo continuo inamovible en la marcha. Si quieres comprenderme habrás de chocar contra el muro que me rodea para penetrar en el mundo desde donde se puede contemplar el limite entre la cordura y la locura. Mas nunca podrás verme, pues tus ojos no tienen luz para poder ver mas allá de las estrellas, pues mi cuerpo, aunque esta contigo, vive a muchos años de distancia del tuyo, pues, en definitiva, tus ojos solo verán lo que tu quieras que vean. Byrom Ross.

Las esquinas del pecado.

" Cae sobre mi las cuatro esquinas del pecado, destrozando en mis interiores lo que un dia pude llegar a ser. " Siento no poder estar hoy junto a ti, corre a nuestro alrrededor puro el aire que ayer guiado por un nuevo sentir escapaba de las mayores profecias ciertas. Creo amar cada paso que marco, pero lo amo al saber que detras de el se pondran en movimiento mil resortes cada uno de los cuales es movido por ti. Que facil podra ser decir te quiero, cuando detras de cada palabra no tan solo encierre un sentimiento, sino que amor sea su sustancia. Y asi da vueltas mi pensar en el aire si sabiendo que, sin remedio caeria, arrima su dolor a la pena de verse encarcelado de por vida. Grito al cielo en busca de justicia, quien laso y atento me escucha, no me queda, pues, otra salida que quemarme para salvar mi vida. Byrom Ross.

El recuerdo de mí amada.

Amaneces en mi a cada momento sintiéndome despertar del canto apagado, es continua la alegría en mi vida que con dulzura me colma de todo lo bueno. Asisto espectador tu estilo deslumbrante, sumergido de luces y sonidos con forma ,contenplando semirespirante tal belleza al tiempo de en pura sensibilidad pensarte. Avenida de otra parte no conocida como roca transparente de vida propia disparada de lo alto y desenfrenada contra mi alma, ya endurecida, arremete, apagando su luz, quebrando su estilo y viéndose así en total desarmonía pone distancia entre su vida y la mía. Pierde por su marcha la belleza el día, en la noche las estrellas retrasan su salida y en mis sueños los colores ya no tienen vida. Se alejo hace .... ¡no se cuanto hace!, solo se que cada día mas la perdía. Hoy mi alma llama a su amada, pero por dentro, indiferente, no siento nada, ¡no!, creo que entonces no la quería. Cuando el anochecer reina el silencio de la calma, surge en mi mente la misma pregunta, ¿porque si ya no llevo su voz conmigo, lloro aun, en el recuerdo, su venida. Byrom Ross.

La Muerte desde la Vida.

No hay en este mundo nada tan importante como saber de tus propios conocimientos, el como y cuando empiezas a vivir, si sabiendo que mas tarde habrás de morir, ¿que ha de hacer el hombre si en su conciencia nace su muerte mientras va naciendo?, y en su vida va tejiendo redes de dolor de lucha por una muerte, que aunque ya es segura, al menos la quiere tranquila. Que diferencia hay pues entre morir sufriendo su vida en el mañana o matar en la mente su vida,viviendo de la muerte y sin tener que importarle ahora ninguna de las tres premisas. Muerte o larga vida, ¿a que le teme realmente el hombre?, si morir por que muere y así ha de ser, o ha no morir, y con eso a su larga vida tener que asistir. No nace vida de la muerte, ni creas cuerpo de tu alma, la muerte es muerte y muerte queda, que no puede haber otra vida, ni creo que ella exista, que es la que tu cuerpo engendra cuando un alma le entregan y tu la aceptas. No puede ser mas divino que la propia luz Divina que naciendo del Sol, a veces la percibes y otras te ciega, que no conoces quien a ti te entrega en cuerpo, alma y vida ni tampoco necesitas conocer que sin haber visto aun luz Divina, ni sentido dolor de vida, por que callas y no gritas, sabiendo que mueres y no encuentras quien te lo diga. Así, pues, ahora muere que así te lo exige la vida, ocultate en lo mas profundo por que ese camino escogistes, mas no temas por mi, ni creas que te pueda olvidar, ya que en mi pensar siempre vas a estar y no como un cobarde ante la vida sino como quien fue un valiente ante la muerte. Byrom Ross.